Mi nombre es Manuela.

Mi color es el rojo, aunque intento ser azul, siempre vuelvo a ser rojo.

Me gustan las palabras como “piñén”, “cachivache” y “pichiruchi”. Recojo cosas de la calle.

Tengo una compulsión por robar tesoros ajenos; cajas de fósforos, páginas de libros, etiquetas, boletas, fotos, en su mayoría pequeñeces, con la pretensión de que las valoro más y mejor que su antiguo dueño.

Mi parte favorita de los recortes es el sobrante, ese vacío que deja la imagen extraída.

Ocupo tijera.

No me gusta el formato cuadrado, prefiero salirme de los márgenes.
Tengo una libreta donde escribo mis penas y pesares que luego los transcribo en pequeños y artesanales fanzines collageados.

Me gusta la idea de recolectar cachivaches para luego pegarlos sobre un algo, de esta forma, interpreto, transformo y finalmente me apropio de los objetos recogidos.

Para mí un collage es un “objeto tesoro”, ojalá pequeño, sucio, roto, que invite a tomarlo con cuidado, pasarle la mano por encima, abrir y cerrar alguna solapa que tenga, leer frases escritas con intención y también aquellas que casualmente se colaron junto con un recorte.